Natxo Vadillo

Huelga del taxi por los seguros: las claves para entender la postura de las aseguradoras

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  • Ingeniería de riesgos
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Taxistas de toda España se han manifestado este miércoles para protestar en contra de la subidas de los seguros de sus vehículos, que consideran «abusivas» y amenazan la estabilidad del sector. La marcha motorizada, inicialmente programada para el mes de noviembre y aplazada por la DANA que afectó a Valencia, ha reunido entre 3.000 y 4.000 vehículos en ciudades como Madrid o Barcelona, según los organizadores. La larga hilera de vehículos, llegados de distintos puntos del país, ha recorrido las calles de ambas ciudades a baja velocidad y al compás de las bocinas.

La Asociación Nacional del Taxi (Antaxi), que es la convocante de la movilización junto a asociaciones como Élite, exige la exclusión de estos vehículos de las primas por siniestralidad en el transporte urbano. Además, los manifestantes reclaman una mayor transparencia de las compañías aseguradoras, que a su juicio no justifican un incremento de las primas, la supervisión por parte de la Dirección General de Seguros de las pólizas y una reforma urgente para garantizar el acceso de este servicio al Consorcio de Compensación de Seguros. Ante el silencio de las aseguradoras, a las que acusan de actuar como un cartel encubierto, las asociaciones exigen la intervención del Gobierno para frenar la escalada de precios.

Según los portavoces de las asociaciones de taxistas, las aseguradoras supuestamente utilizan una estrategia comercial corporativa que no está fundamentada, ya que usan una baremación de riesgo no transparente y sin justificar. “Ante el precio prohibitivo de las pólizas, asegurar un taxi es misión imposible. Las escasas compañías que nos aseguran nos obligan a contratar simultáneamente varias pólizas más”, afirman.

Los movilizados también apuntan que al precio de la póliza se suma la dificultad para hacer frente a las exigencias medioambientales europeas y locales “debido a la negativa de las aseguradoras a la hora de asegurar vehículos Cero emisiones”. Obstáculos por los que también atraviesan los taxis adaptados para personas con movilidad reducida; o el taxi rural, “que está al límite de no poder prestar servicio, por la imposibilidad de contratar un seguro”, según detalla la asociación. También han solicitado que se excluya la siniestralidad del taxi del cálculo general de riesgo para los servicios de transporte urbano, en el que, según explican, se incluye a los VTC, cuya siniestralidad es muy superior.

Asimismo, las peticiones también se dirigen hacia el Ministerio de Economía y el Ministerio de Transportes, ya que las diversas normativas “imponen” a los titulares de licencia a contratar pólizas con más garantías hacia los usuarios que un vehículo normal. El sector del taxi reclama que se ofrezcan productos más completos a través del Consorcio de Compensación de Seguros para aquellos profesionales que, en la actualidad, no encuentran otra posibilidad de asegurar sus vehículos. Pero esa salida tampoco es barata, ya que el precio de su cobertura solo cubre la responsabilidad civil, a la que hay que añadir los seguros de otros conceptos como viajeros, grúa o las lunas del coche, según cálculos del gremio. 

¿Cómo se defienden las compañías aseguradoras?

En la acera de enfrente, un portavoz de una de las compañías que atesora más pólizas de taxistas, defiende: “Los precios están totalmente ajustados para mantener la sostenibilidad del seguro, no tenemos subidas homogéneas y el precio depende de cada taxista”. Sobre la acusación de cartel encubierto, rebate: “Ellos podrán acusar a todas las compañías, pero en absoluto nos hemos puesto de acuerdo con ninguna otra compañía”.

Otro portavoz de una compañía aseguradora también explica, bajo el anonimato, la política de otra gran empresa del sector y aterriza las razones ocultas tras la subida de precios: “La siniestralidad es complicada e incluye desde el baremo de lesiones hasta que el faro led de un coche vale ahora 1.000 euros o las indemnizaciones por cualquier accidente. El sector de seguros de coches está ahora mismo en pérdidas y tenemos cientos de miles de coches afectados por la DANA de Valencia”.

Los taxistas alegan que su siniestralidad sigue siendo baja y que las subidas “desproporcionadas” están injustificadas. Pero la cobertura de los distintos riesgos y la fijación de las primas corresponde a decisiones empresariales de las aseguradoras, siempre en el marco de la normativa reguladora y de competencia. 

¿Y qué dice al respecto la patronal de las aseguradoras?

Unespa ha defendido, ante la huelga que se ha producido este miércoles, que no existe en España una falta de cobertura generalizada para los taxis, al tiempo que explica que cada taxista tiene un perfil de riesgo «propio» en función de su historial como conductor y las características de su vehículo.

Ante esta situación, la patronal de las aseguradoras defiende que en España hay un parque de vehículos de 25,7 millones de turismos, incluyendo 60.392 licencias de taxis y 18.490 licencias de vehículos de transporte con conductor (VTC). Es decir, estas dos licencias profesionales representan el 0,21% del parque asegurado de turismos.

De estas cifras, solo 725 taxis tienen su seguro directamente con el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), según datos del propio organismo público a cierre de septiembre de 2024. Ante esto, Unespa afirma que es «evidente» que los taxistas «sí encuentran cobertura para sus vehículos en el mercado privado».

Por tanto, no existe actualmente una situación de falta de cobertura generalizada para los taxis, ya que el CCS actúa excepcionalmente como asegurador directo cuando han sido rechazadas dos veces la solicitud de seguro obligatorio de un conductor por dos entidades aseguradoras diferentes.

Por otro lado, el precio del seguro o, lo que es lo mismo, la prima, la determina individualmente cada entidad en función de sus cálculos actuariales, estableciendo una prima suficiente para la cobertura del riesgo. Es decir, la política tarifaria se establece en función del coste de los siniestros y de la frecuencia de accidentes ocurridos, de manera independiente y obedeciendo a las pautas marcadas por un mercado libre y competitivo.

Así, cada entidad fija sus precios en función del comportamiento del riesgo que suscriben, tomando en consideración una multitud de variables de riesgo que pueden diferir entre las distintas compañías. Entre ellas, están la edad del conductor, la antigüedad del carnet, las características y el ratio de uso del vehículo, la zona geográfica por la que se conduce, si es zona urbana o rural, y la existencia o no de conductores adicionales. De hecho, el hecho de que un vehículo lo cojan varios conductores encarece lógicamente la póliza, algo que suele ocurrir en el sector del taxi.

Además, las entidades segmentan sus riesgos por clases homogéneas, es decir, agrupan o mutualizan los riesgos que tienen las mismas características o perfiles de riesgo. Y los taxis constituyen una categoría de riesgo claramente diferenciada de los vehículos de uso privado por el uso intensivo que se hace de ellos.


El coste de los siniestros y otras variables a tener en cuanta

En los últimos años, en el ámbito de los daños materiales, el coste de los siniestros se ha incrementado debido a la elevada inflación de los componentes de reparaciones, así como de la mano de obra utilizada. La tecnología incorporada en los vehículos modernos, incluyendo sensores y sistemas de asistencia a la conducción, ha aumentado el precio de las reparaciones y las aseguradoras aseguran que este factor impacta directamente en el precio de las pólizas.

También ha existido una importante inflación en el ámbito de los daños personales por las mejoras implementadas en el sistema de valoración de daños personales por accidentes de tráfico y los incrementos de los gastos sanitarios de las víctimas, lo que también ha impactado notablemente en el coste de los siniestros y, por tanto, ha influido en el alza de las primas. Y si a esto se une el incremento del tráfico rodado en España en los últimos cuatro años, también se produce un aumento de los siniestros ocurridos.

Es necesario recordar que la Ley 20/2015 de Ordenación y Supervisión y Solvencia de Entidades Aseguradoras requiere que las aseguradoras cobren una prima «suficiente» para atender el riesgo que están cubriendo. Y en este sentido, según señala la patronal Unespa, en 2023 la ratio combinada del ramo del automóvil por todos los usos y tipología de vehículos se situó en el 107%, de acuerdo con la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Es decir, la suma del coste de la siniestralidad y los gastos de explotación y administración superan los ingresos que obtienen las aseguradoras procedentes de las primas de esta línea de negocio.

Taxistas “buenos” y “malos” para las aseguradoras

Además, desde la perspectiva del sector asegurador, no todos los taxistas representan el mismo nivel de riesgo y, por tanto, no todos deberían pagar las mismas primas. Existen taxistas que mantienen una relación estable y de confianza con su aseguradora, renovando su póliza de manera continua, sin registrar siniestros frecuentes y demostrando un historial de conducción responsable. Estos profesionales, comprometidos con la seguridad vial y con su aseguradora, tienen acceso a mejores condiciones y a primas más competitivas, ya que su bajo nivel de siniestralidad reduce el riesgo para la compañía de seguros.

Por otro lado, también existen taxistas que constantemente buscan la opción más barata sin establecer una relación de permanencia con ninguna aseguradora, cambiando de compañía cada año o incluso cada pocos meses en busca del mejor precio. Además, si estos conductores registran siniestros de manera frecuente y utilizan las pólizas exclusivamente como un mecanismo de compensación económica en lugar de enfocarse en la prevención de riesgos, es lógico que las aseguradoras los consideren clientes de alto riesgo y apliquen primas más elevadas o, en algunos casos, se nieguen a renovar sus pólizas. 

El seguro es un negocio basado en la gestión del riesgo, y los taxistas que no demuestran estabilidad y responsabilidad se convierten en perfiles poco atractivos para las aseguradoras, lo que justifica las diferencias de precios en las primas.

Ante las huelgas, lo que debe primar es el diálogo

La huelga de los taxistas pone de manifiesto la necesidad de una revisión profunda en la relación entre el sector del taxi y las aseguradoras. Ambas partes tienen razones válidas en sus argumentos, pero es fundamental que se establezca un diálogo abierto y constructivo para encontrar soluciones equilibradas.

Desde el sector asegurador, posiblemente se requiera una mayor transparencia en la justificación de las subidas de precios y una diferenciación más precisa entre taxis y otros servicios de transporte urbano. Por otro lado, los taxistas deben considerar que el mercado asegurador está sujeto a fluctuaciones económicas y tendencias globales, lo que sin duda influye en la fijación de precios. 

En definitiva, este conflicto pone en evidencia la necesidad de una mayor colaboración entre las aseguradoras, los taxistas y las autoridades reguladoras, con el objetivo de garantizar un sistema de seguros sostenible y equitativo para todos los involucrados. Las cuentas deben salir. Y deben salir para todos.

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